Dios se llena de ira y sí castiga; cuando los pueblos persisten en pecar y hacen lo contrario a su Ley. Canaán era un pueblo malo, impío, inmundo: cometía abominación,

incesto, idolatría: adoraba cualquier cosa que muriera. Por eso Jehová lo entregó al pueblo de israel: sus gigantescos y fortificados muros cayeron. Moisés advierte que no olviden que todo es por el poder de Jehová.