Es un hecho histórico, que Dios usó al Profeta Moisés, para sacar a un pueblo que estaba en esclavitud. Él había prometido a Abraham, que de él saldría una familia, que

se multiplicaría, y serían el pueblo escogido: una nación grande y fuerte. Por esta nación, Dios bendeciría a todas las otras naciones, a través del que iba a salir de allí: el Mesías Salvador, que era Jesucristo.