Según el Pacto con Abraham había que circuncidarse. Con el Pacto de Cristo, hay que creer en Él, para Salvación: Pacto de la Gracia, Pacto de la Fe. Lo que verdaderamente

vale es aceptar a Cristo: hacia una nueva vida, donde Cristo transforma, se van los demonios y viene una gloriosa libertad. No es fanatismo: no hay motivación para fumar, mentir, beber licor, bailar, ni fornicar.