La sabiduría viene de dios, por eso es necesario pedirla; para ser capaz de, leyendo todo: retener lo bueno y evitar lo malo. La Biblia enseña que hagamos bien a todos

y mayormente, a los de la familia de la fe; y que nos esforcemos en seguir el camino angosto de la Santidad. El poder del Espíritu Santo sostiene a los íntegros: lo exterior se gasta, pero lo interior se fortalece.