Esto ha llevado a la aparición de dos paradigmas sobre cómo los cristianos ven la Biblia, Dios, Jesús, la fe y la vida cristiana. Según el primer paradigma, la Biblia es un libro divino; es la "Palabra de Dios" (Borg 7). Este paradigma, con el paso de los años, se ha vuelto menos convincente. No hay duda de que alimentó la vida de muchos, un hecho que el autor cree que fue el espíritu de Dios trabajando a través de ella.
El paradigma emergente, en cambio, ve la vida cristiana como "una forma histórica, metafórica y sacramental de ver la Biblia" (Borg 13). Ve la vida cristiana desde una perspectiva diferente. Según ella, el cristianismo implica una vida de relación y transformación que no necesita creer en el cristianismo para serlo, sino que hay que relacionarse bien con Dios para cambiar las circunstancias actuales.